

Fuera de la Nueva Era este
fenómeno es considerado un mito pseudocientífico,
porque carece de evidencia científica aceptable. La creencia en la existencia
de niños índigo se asocia habitualmente a reacciones paternales que surgen
frente a la pedagogía y psiquiatría modernas. Una de las causas observadas más
frecuentemente es el pánico moral que surge en los padres al tener que
enfrentar una terapia psiquiátrica medicada para sus niños.
También el
detonante podría derivarse del rechazo a diagnósticos de psicopatologías
polémicas o de nuevo cuño, cuando éstas son adjudicadas a los hijos,
especialmente ante casos de hiperactividad, autismo y síndrome
de déficit atencional.El término compuesto «niños índigo», se origina en el
libro del año 1982 Understanding
Your Life Through Color («Comprendiendo
tu vida a través del color») de Nancy Ann Tappe, una autoproclamada psíquica y sinestésica que afirma poseer la habilidad de
percibir el aura de las personas.
Según sus escritos,
comenzó a notar que muchos niños estaban naciendo con auras de color índigo
hacia fines de la década de 1970. A principios del siglo XX, Tappe afirma que
el 20% de los niños menores de diez años y el 17% de los que tienen entre 13 y
17 son «índigo». Sin embargo, ningún estudio científico apoya sus afirmaciones.


La idea de los niños índigo fue más tarde popularizada por el libro de 1998 The Indigo Children: The New Kids Have Arrived («Los niños índigo: los nuevos chicos han llegado»), escrito por el matrimonio formado por el médium Lee Carroll y su esposa Jan Tober. Carroll afirma que el concepto lo obtuvo conversando telepáticamente con una entidad extraterrestre a la que denomina Kryon.
Según los creyentes del movimiento de la Nueva Era, los niños índigo poseerían características tales como una mayor intuición, espontaneidad, rechazo a una moralidad estricta y una gran imaginación, añadiéndose frecuentemente también a tales capacidades ciertos dones paranormales, o poderes sobrenaturales como la telequinesis, la clarividencia, la piroquinesis la capacidad de sanación.
Según los creyentes del movimiento de la Nueva Era, los niños índigo poseerían características tales como una mayor intuición, espontaneidad, rechazo a una moralidad estricta y una gran imaginación, añadiéndose frecuentemente también a tales capacidades ciertos dones paranormales, o poderes sobrenaturales como la telequinesis, la clarividencia, la piroquinesis la capacidad de sanación.
El psiquiatra pediátrico Russell A. Barkley sostiene que los diecisiete rasgos más comúnmente atribuidos a los niños índigo son tan vagos que «podrían describir a la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo», y refiere además que podríamos estar ante un fenómeno psicológico conocido como «Efecto Forer». Se ha indicado también que etiquetar a un niño revoltoso como «índigo» retrasa el diagnóstico y el tratamiento que podrían ayudarle.

La psiquiatría y la psicología han desestimado la misma existencia de estos niños, dado que no existe evidencia alguna de su existencia. Expertos psiquiatras afirman que los simpatizantes con la Nueva Era, «deberían producir evidencia empírica» acerca de este supuesto tipo de niños.

Matías de Stefano es un joven que se ha declarado ser parte de esta generación de niños índigo y recuerda información de vidas pasadas en la tierra y otros planetas; recuerdos a los que puede acceder gracias a la biblioteca de la memoria en los registros akashicos. Ver enlace:
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