domingo, 4 de mayo de 2014

Vivir en el universo.


“Los sonidos se enfurecían fuera de mi ser. Un profundo zumbido rozaba mi existencia removiendo mi cuerpo entre las lejanías. Mis ojos temían abrirse ante los espeluznantes ruidos, amos de todos. De repente, una presencia suave sentí, y con su sonido intuí que había de ver, verbo extraño al parecer, temor que en mis entrañas me impedía reconocerlo sellaban con fuerza mis ventanas, pero contra mi voluntad vi, puesto quenada adelante existía para que yo pudiese cerrar los ojos, mis ojos no sueño sin explicación, sin lógica a lo que veía a mi alrededor. "

                                            
Sentía mi cuerpo, pero no lo veía, sentía la sensación de flotar que al principio sentí, y al girarme la vi. Una luz incandescente, de mil colores, luces espeluznantes, enternecedoras y maravillosas me rodeaban, pero no sólo a mí. Mis recién estrenados ojos a la Realidad, no sólo me permitieron verla belleza que me rodeaba, sino que pude ver otros como yo, no sé cómo lo hice, pero los podía ver y sentir moverse. Mis ojos no lograban ver todo lo que me rodeaba y parecía que quisiesen abrirse de lado a lado, pero no podía, y esa extraña sensación apareció. 

Envuelto en emoción y excitación por lo nuevo, me llevó al cansancio. Volví la mirada a la oscuridad, y me dormí. No estoy seguro de cuánto tiempo pasó, pero al levantarme lo vi todo con mejores ojos, y una maravillosa luz móvil dejó a mi ser expectante. Eran miles, millones y billones de seres como yo, y todos iban ala Gran Luz. Desde ya puedo decir, que por más que me pueda esforzar, no hay palabras que expliquen con detalle en idioma humano la grandeza y maravilla que los ojos celestiales permiten ver en el Universo.
Toda esta novedad me daba cierto temor, pero no podía quedarme eternamente en el sitio donde había abierto los ojos por primera vez, además, cierta sensación me impulsaba a levantarme, una especie de fuerza que tal vez habitaba en todo y que nos hacía tener fuerzas extrañas sobre el por qué de las cosas, y fue eso lo que me impulsó a caminar en la nada hacia otro ser al parecer despistado como yo que caminaba junto con la oleada, como siguiendo la corriente. No dudé en acercarme y por primera vez sentí algo muy extraño…el gratificante sentir de otro ser como yo, y el poder comunicarme, aunque no sé realmente cómo lo hice, pero de mí salieron esas energías que permitieron que el otro girase sobre sí y respondiese ante mi cuestión.

-¿Qué es lo que pasa conmigo? ¿A dónde van todos?
- He oído que el gran ser nos llama a todos, debemos todos ir, ven tú conmigo, respondió.

Lo tomé de la mano y no lo solté, me sentía con él extraordinariamente bien, y me di cuenta al tocarlo que era su ser lo que antes de mis ojos abrir sentí rozar mi cuerpo de energía, como si de dos en uno se tratase. Se sentía desde el horizonte negro una fuerte onda, un ensordecedor ruido que sacudía todo a su paso. Al fin todos estábamos llegando, y la luz nos envolvía como una hermosa manta gruesa en pleno invierno. De entre el viento y la roca que nos rodeaba, pisábamos un espacio puro y tranquilo, iluminado por el Gran Sol. 

De repente, todos nos espantamos al ver una enorme ola salir de su superficie dorada y blanca, de tierna y suave luz que iluminó a uno de los tantos como yo, que indescriptiblemente creció de tamaño miles de veces envolviéndose y transformándose en más luz; era la Luz Blanca. Dio un paso al frente y sonrió, hasta que al fin pronunció sus primeras palabras ante la multitud expectante:

“Agradezco el enorme honor que ahora siento. Soy el “Portador de la Palabra del Todo”, y su sentir, de mi boca sale en forma de palabra. El dice que nuestro hogar aquí se fundara, junto a su mano, y con deseos cada uno creara su pedazo de hogar. Nuestro hogar crecerá paso a paso, expandiéndose y tapando a aquel que en los límites pueden ver y oír, moviéndolo hacia atrás. Hoy se os dará una función a cada uno de vosotros, la que ejerciéndola transformaran a aquel monstruo, creando el “Universo”.



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